Emerxencias usará drones para buscar a desaparecidos
Las búsquedas de desaparecidos, un clásico de la crónica gallega de sucesos, serán algo menos complicadas y costosas a partir de ahora. La Axencia de Emerxencias de Galicia (Axega) acaba de adquirir dos drones que, entre otras tareas, usará para la detección de personas perdidas. Las aeronaves no tripuladas funcionarán con una cámara de vídeo de alta definición y otra termográfica que transmitirán en tiempo real a sus operadores dos tipos de imágenes. «Esta tecnología, por ejemplo, nos permitirá localizar desde el aire a alguien que se haya caído en medio de la maleza o en una zona de mucho arbolado, siempre que permanezca con vida», explica el gerente del citado organismo de la Xunta, Juan José Muñoz.
Por 60.379 euros (49.900 más IVA), la Axega ha comprado a Aeromedia AUV, una empresa de Oleiros (A Coruña), un par de aparatos que cambiarán su modo de gestionar las situaciones de urgencia. Fundamentalmente, los destinará a prestar a apoyo a equipos de rescate, a evaluar daños en catástrofes, a evitar incidentes en grandes aglomeraciones de gente, como comodín «perfecto» para la toma de decisiones en los puestos de mando avanzados y a rastreos de todo tipo en espacios rurales abiertos, montañas, zonas costeras y áreas inundadas. «Para Galicia, por su complicada orografía, son ideales», subraya Muñoz.
Los drones tendrán aplicaciones menos frecuentes pero también relevantes. El máximo responsable de la agencia se detiene en una de ellas: «Como vienen con detectores de gas embarcados, podremos analizar nubes potencialmente tóxicas sin poner en riesgo la integridad de nadie».
Cuatro miembros del grupo de apoyo logístico de la Axega ya han pasado con éxito el preceptivo curso de piloto de la Agencia Estatal de Seguridad Aérea (AESA). Y en estos momentos realizan uno específico para los modelos adquiridos por la Xunta. De modo que, «dentro de unas semanas», según Muñoz, los drones de la Administración autonómica comenzarán a trabajar sobre el terreno. Su entrada oficial en funcionamiento, añade, redundará en un «considerable» ahorro de recursos económicos. «Una hora de vuelo de helicóptero -aduce- son unos 3.000 euros; una hora de vuelo de dron, el coste de recargar las baterías».
Con una envergadura de entre 1 y 1,2 metros y un peso sin carga de 8 a 10 kilos, las aeronaves no tripuladas de la Xunta disponen de una autonomía de movimiento de hasta 30 minutos. Mientras no cambie la actual normativa, sin embargo, quienes las manejen no podrán alejarlas de sí más de medio kilómetro. Y tampoco emplearlas de noche. No obstante, aclara Muñoz, un artículo de las disposiciones legales vigentes los habilitará para saltarse esas reglas en supuestos de «grave riesgo, catástrofe o calamidad pública, así como para la protección y socorro de personas y bienes en los casos en que dichas situaciones se produzcan».
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